Este estilo de vida saludable me está matando, piensa la ñora en la sala de espera del quiropráctico. Que es una contractura de la C5 y C6 provocada por la postura del perro boca abajo, explica el huesero torciendo sorpresivamente la cabeza de la ñora.
Que estoy harta del brócoli y sus propiedades antioxidantes. Quiero una arrachera con chorizo en lugar de otra transfusión, piensa la ñora en el mercado frente a la cabeza de un marrano.
Que ya no quiero pensar positivo, quiero gritarle a la ñora que me ganó mi lugar en el estacionamiento de la clase de tai chi, en lugar de recitar un mantra pacificador, dice la ñora mirando el retrovisor.
Ya no quiero que me abran los chakras con cuarzos, que de todos modos se vuelven a cerrar. Por favor no me de chochos ni dieta ayurveda, quiero naproxeno y un tafil, suplica la ñora al doctor, tratando de encontrar el equilibrio.
Y ya estoy harta de Osho y demás gurús obsesionados con abrir consciencias, que es más fácil confesarme que limpiar el karma. Que no quiero ir al retiro tántrico para explorar mi ser interior, prefiero explorar el nuevo Chedraui Selecto que parece Target.
Y para fluir mejor me voy a la playa, que ya el diálogo íntimo conmigo misma se está convirtiendo en principios de esquizofrenia, que no hay nada como autodescubrirse para luego cubrirse de protector solar y tirarse en la postura más cómoda frente al mar, con unos camarones al ajillo y una agüita de coco, saludando al sol.
Soy tu fan, definitivamente.
¡Muchas gracias =)!