Es como volver a parir, pero para adentro. Es como ver el espejo dentro de un elevador y creerse acompañada. Es ir a comprar zapatos y regresar con jamón y pan bimbo. Es amar patológicamente al perro. Es inevitable, implacable e irremediablemente cierta la llegada de la ñorez.

Soy la Ñora en resistencia.

Les contaré mi historia.

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