Es como volver a parir, pero para adentro. Es como ver el espejo dentro de un elevador y creerse acompañada. Es ir a comprar zapatos y regresar con jamón y pan bimbo. Es amar patológicamente al perro. Es inevitable, implacable e irremediablemente cierta la llegada de la ñorez.
Soy la Ñora en resistencia.
Les contaré mi historia.
Esta muy padre tu blogg, felicidades
¡Gracias!