Gracias a que desde siempre la Ñora ha sido muy activa, goza de los beneficios que el ejercicio brinda a todos los que lo practican. Produce una razonable cantidad de endorfinas que la ayudan a sobrellevar la depresión, ha logrado tener un trasero en lugar de dos, y ha podido subir varias veces cinco pisos por las escaleras sin utilizar el elevador, (sólo dos veces ha requerido la ayuda de oxígeno), así que la Ñora tiene una saludable condición fíisica. Pero de lo que se siente más orgullosa es de ser muy flexible. Es capaz de juntar las dos manos por detrás de la espalda, puede mover la cadera para esquivar una flecha desviada en su práctica de tiro con arco, y es capaz de tocarse la punta de los pies con los codos (sentada en flor de loto, pero puede). Así es, la Ñora es muy flexible.
Por eso, cuando la Nena la invitó a participar en el concurso de porras madre-hija, la Ñora no lo dudó ni un segundo.
— Pero es en la mañana ¿verdad mijita? – preguntó la Ñora preocupada –. Porque en las tardes me hincho y no me veo bien en pants.
— Sí Ma — contestó la Nena.
— Y el equipo lo escogemos nosotras ¿verdad? Porque ya ves que la mamá de Tere es un poco especial, y luego esa ñora morenita que no sabe ni hablar, y que no nos toque la gorda porque nos arruina la porra. Y ¿qué me dices del uniforme? No Nena, mejor todo negro porque adelgaza. Y lo mandamos a hacer con la Viqui, porque ya ves que a mí no me gusta cualquier costurera, la Viqui es muy buena. Y no se te ocurra invitar a Laurita, tiene pecas y eso da muy mal aspecto, todas en el equipo debemos ser del mismo tono. Que se pinte el pelo Perlita, para vernos todas güeritas y bien uniformadas. ¡Ah no Nena! ¡Ni se te ocurra! La porra la invento yo, luego hay ñoras con muy mal gusto. Empezamos los ensayos el lunes aquí en la casa. No Nena, no es que quiera controlarlo todo, es que a mí no me gusta ir a otras casas, ya sé que falta mucho pero tenemos que empezar a ensayar, y quítate esos pantalones que pareces niño. ¡Ah! Y yo invento la coreografía, ya ves que soy muy flexible…
— Sí Ma –contestó la Nena.